la niñez en la calle
DE LA CALLE


El hogar cumple 90 años
Por: Clara Bosch
El Hogar Amparo Maternal recibe a mamás en situación de calle o vulnerabilidad social con sus hijos. Pueden estar ahí un año, tiempo en que se las motiva a alcanzar la independencia necesaria para rearmar su vida. “Después del hogar todo es para arriba: tengo un techo, trabajo, tengo todo”, dice Gaby, una ex beneficiaria.
Reencontrarse después de la calle
Son las 11 de la noche en Plaza de Garay, Constitución, año 2014. Abajo de un árbol, una mujer duerme con sus dos hijos: una nena de 3 años con unos ojos azules enormes, ahora cerrados, y un chico de 5 años. Gaby vive hace cinco días en la plaza, se acaba de escapar de los abusos de su marido. Agarró a los chicos y huyó de cuatro años de violencia y secuestro. Ahora está sola, no sabe qué hacer. Un vecino se le acerca y le dice que llame al 108, que la calle no es un lugar para vivir.
Gaby llama. Su vida vuelve a ser suya.
Después de pasar unos días en un parador para mujeres víctima de violencia de género en La Boca, Gaby es llevada con sus hijos al Parador Azucena Villaflor. Seis meses después, es trasladada al Hogar Amparo Maternal. “Ahí empezó mi vida nuevamente”, dice ahora.

Sino
Ubicado en Ernesto Bavio 2816, Nuñez, al lado de la Universidad Torcuato Di Tella y a escasas cuadras de la cancha de River, el Hogar Amparo Maternal es el refugio de 21 mamás con sus hijos, en total son 42 chicos. Esta asociación civil está a cargo de la congregación de las Hermanas San José, ellas viven y acompañan a las mamás. Además, una asistente social y una psicóloga, que están en el hogar 4 horas diarias, le dan contención a los 63 beneficiarios de la organización. “Cuando el equipo está acá, no para un segundo”, cuenta Dolores Repetto, quien trabaja part-time como desarrolladora de recursos.
Todas las mamás que llegan vienen de contextos de calle o vulnerabilidad. Las heridas hacen que al principio no todo sea fácil. “Yo le tenía terror a la gente, fue todo un proceso. Las monjas tenían una paciencia conmigo impresionante,” cuenta Gaby. En el hogar se les ofrece a las mamás la posibilidad de terminar sus estudios, buscar trabajo y participar de talleres. “La permanencia es temporaria, pueden estar un año en el Amparo, es un tiempo para que aprovechen un montón”, explica Repetto. Cuando se cumple el plazo, si no lograron la independencia económica, el Estado las deriva a otro hogar.
Gaby cumplió la consigna al pie de la letra: enseguida empezó a trabajar cuidando a una mujer, empleo que consiguió gracias al hogar. “Hay mamás que no les importa y se gastan todo, si total van a seguir viviendo ahí. Yo no. Yo cobraba, le compraba los gustos a los chicos y cigarrillos para mí, obvio. Lo demás lo guardaba la hermana Quela, que era nuestra caja de ahorro. Pesito a pesito, fui juntando todo. Al año pude alquilar algo y volver a la vida”.
Pero no todas las madres aprovechan el tiempo. Actualmente, solo seis de las madres en el hogar trabajan. “Hay que entender que vienen de una situación durísima. Lamentablemente, son pocas las que tiene la motivación para salir adelante”. Repetto cuenta que hay algunas madres a las que les consiguen trabajo, pero que ni se presentan. El equipo trabaja intensamente sobre esto.


EL CORAZÓN DE UN GRUPO DE MUJERES HIZO POSIBLE TODO
A principios del siglo XX, muchas madres adolescentes eran separadas de sus hijos. Varias quedaban destruidas por el dolor, y las escenas de separación eran desgarradores. Un grupo de mujeres de Belgrano, la Asociación Civil de Damas Católicas, vieron esto y decidieron fundar un refugio para esas mamás. Así crearon, el 8 de septiembre de 1928, el Hogar Amparo Maternal.
Si bien el hogar ya no se dedica a acoger madres adolescentes, sino mujeres en situación de calle o fragilidad social, su filosofía sigue siendo la misma que la de sus fundadoras: proteger la maternidad vulnerable. El Amparo Maternal, desde sus inicio, busca darle amor y contención a mujeres lastimadas por sus circunstancias, también se les da talleres de oficios para que puedan insertarse en el mundo laboral. De esta forma, se busca que recuperan su independencia y autoestima. Además, al ser un proyecto con carácter religioso (siempre hubo una congregación de monjas todos los días, las 24 horas, junto a las mamás), las madres son acompañadas espiritualmente para que puedan sanar su interior.
Sarah Hernández de Cilley fue una de las damas católicas que participó de la creación del hogar, fue, también, la primera presidenta del Amparo. Ocupó este puesto hasta los 80 años. Su hija, Inés Cilley, la reemplazó en el cargo. Hoy en día, algunas de sus bisnietas continúan comprometidas con el hogar y ayudan a que el proyecto de su bisabuela siga abrazando a muchas madres.
ARRIBA: El primer grupo de madres que acogió el Amparo.
ABAJO: Sarah Hernández de Cilley junto a su familia.
Ambas fotos cortesía de Ana Aramendí Jurado, bisnieta de Sarah.
Atrás del hogar, está el Jardín de Infantes Brotecitos, también a cargo de las hermanas, donde las mamás del hogar y del barrio puede mandar a sus hijos. Cuando los chicos están en horario escolar, las madres trabajan. Pero hay excepciones, si alguna mamá tiene más horas laborales, puede contratar a otra madre del hogar para que retire a los chicos y los cuide hasta que vuelva. Gaby cuenta que ella tuvo otro trabajó más, en seguridad, y llegaba a las 12 de la noche: “La mamá que compartía la habitación conmigo me cuidaba los chicos. Yo le pagaba, obvio”. Todo esto se hace con la autorización del equipo.
El hogar recibe a mamás de entre 18 y 60 años, con hijas de hasta 18 años y/o hijos de hasta 12 años. Pero no siempre fue así. Hasta hace un tiempo, recibía a madres adolescentes con sus hijos. El cambio fue decisión de las hermanas y pedido del Gobierno de la Ciudad. La maternidad adolescente era una problemática difícil de abordar para un equipo tan chico y con pocos recursos. “Las hermanas estaban desbordadas, las chicas eran menores y un poco incontrolables”, cuenta Repetto. Veronica (30) vivió en esta época en el hogar, llegó a los 16 años embarazada de su primer hijo, Kevin. “Yo era rebelde, a veces no me dejaban salir, me escapaba por el gallinero y desaparecía por el día. Ahora me doy cuenta que eran cosas de pendeja”.
La convivencia no es fácil. Hay peleas, e incluso violencia. Vero, la mamá que llegó a los 16, se acuerda de las diferencias con sus compañeras adolescentes: ”Nos llevábamos bien, pero teníamos nuestras peleas. Por ejemplo, colgaba ropa de los chicos y me la robaban de la soga. Así que yo iba, pateaba puertas y hacía ruido hasta que me devolvieran las cosas”. Gaby también se acuerda de las disputas: “De golpe tenés alguna que se cree que está en un penal, cuando, en verdad, está en un lugar que tiene que agradecer”.
Pero también hay solidaridad entre las madres. Gaby sigue en contacto con muchas mamás. La más especial para ella es Sandra: “Este año se recibe de abogada, es mi hija de corazón, ella me adoptó como mamá”. Gaby se emociona mientras cuenta que su hija adoptiva se recibe de abogada: “Anteanoche me mandó un mensaje que decía «mamá quiero que estés en mi graduación».”
Además de Emanuel y Victoria, Gaby tiene otro hijo, el más grande, de 24 años. Cuando ella estaba en el hogar, Alexis tenía 19 años. Desde los 15 que no veía a su mamá. La pareja de Gaby la tenía secuestrada y durante cuatro años perdieron contacto. Alexis vivía en una carpa en la Plaza Monroe. Hoy en día están juntos de vuelta. Y gracias a él, ella pudo reencontrarse con el resto de su familia. Hacía 10 años que no tenía noticias de sus hermanas. Alexis le hizo un perfil de Facebook, pero con el nombre invertido porque “el padre de mis hijos todavía estaba en libertad y me estaba buscando”. Así una de sus hermanas la encontró y se puso en contacto con ella.
Hoy Gaby volvió a su pueblo natal, donde tiene una casa, trabajo y vive tranquila con sus hijos y rodeada de su familia. A su ex pareja lo mataron en la cárcel. “Soy una viuda muy feliz”, dice con el corazón liviano. Con su increíble voluntad y con la ayuda del hogar, Gaby es la mujer que nació para ser: “Llegué hecha mierda, sin esperanza, sin ganas de vivir, un hijo de puta me cagó la vida y me hizo creer que era la peor del mundo”, la voz se le entrecorta, frena antes de seguir entre lágrimas. ”Pero ese grupo humano te dice que vos sos lo mejor. Hoy me siento orgullosa, yo se que soy una re mujer. Una re madrasa, mis hijos se merecen todo, él les sacó todo, pero ahora tienen una vida espectacular”.
“Llegué hecha mierda sin ganas de vivir, me hizo creer que era la peor del mundo. Pero ese grupo humano te dice que vos sos lo mejor”. Gaby.
Gaby, cada vez que va de visita a Buenos Aires, y siempre que puede, se da una vuelta por Núñez y pasa a saludar. Y Vero cuenta que quiere ir con sus hijos Kevin y Dylan, que son barberos, a cortarle el pelo a los chicos del hogar. Es su forma de darle las gracias al Amparo por todo lo que hicieron por ella hace 17 años.
El Hogar Amparo Maternal cumple 90 años ayudando a mujeres. El sábado 19 de octubre van a hacer una gran celebración, la entrada cuesta 300$, también se puede comprar un bono contribución por el mismo precio. Gaby dice que no se la pierde ni loca: “Quiero llegar a esta fiesta porque se merecen todo el apoyo, voy con mi hermana. Más vale que vamos a ir”.
¡HACE UN APORTE ECONÓMICO!
¿Alguna vez te acercaste a la góndola de pañales y viste cuánto sale un paquete? ¡Los gastos del hogar son muchos y hay pocos recursos! Tu aporte, del tamaño que sea, suma.
¡DONÁ ELEMENTOS QUE EL HOGAR NECESITA URGENTEMENTE!
El hogar publica regularmente lo que necesitan con urgencia. Hoy necesitan sábanas, toallas, pañales y lámparas LED. Podés acercar tus donaciones al Amparo.
¡AYUDA A QUE LAS MAMÁS ENCUENTREN TRABAJO!
Si tenés trabajo para ofrecer, ¡escribile al hogar! El empleo es una pieza clave para que estas mamás puedan tener la vida que se merecen.
¡PARTICIPÁ DE LA FIESTA!
El sábado 19 de octubre, de 19 a 21 hs en Dr Victorino de la Plaza 1060, Barrio River.
La entrada cuesta 300$ y solo se adquiere por anticipado, pero también podés participar con un bono contribución del mismo precio. ¡Aprovechá para conocer una obra fantástica y ayudar!
¡quiero ayudar Al hogar!
Hay muchas formas de ayudar al Amparo a seguir ayudando a tantas mujeres.
CONTACTO
www.hogaramparomaternal.com.ar
desarrollo@hogaramparomaternal.com
Ernesto Bavio 1516, CABA, Argentina